Hoy se nos presenta una gran ocasión para dar gracias a Dios: por lo que soy (como sea, da igual, Dios me ama así) , por la fe (¡aumenta mi fe!) , por tener la oportunidad de aprender de los demás(de lo malo y de lo bueno), por estar vivo (es más, por ser inmortal)…
Hay dos formas de ver la vida y hay que elegir siempre el lado positivo. Esto no nos va a solucionar los problemas de nuestra vida, pero nos va a ayudar a tener una mente equilibrada y nos va a permitir disfrutar más de los buenos momentos.
Es Jesús el que nos lo dice en el Evangelio: «Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas seos darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio afán» (Mt 6, 33-34)
A nosotros, lo que se nos encarga, es buscar el Reino de Dios, esto es a Dios mismo, en cada momento y situación de la vida: una parada a escuchar su palabra, una canción que me recuerda a Él, un gesto suyo que contemplo en mi vida…todo puede hablarme de Dios si estoy «conectado» a su corazón. Es un ejercicio continuo y delicado.
Nada es sencillo, pero todo es posible con el factor Dios, con Dios a tu lado.